Regresamos a Jerez de la mano de José Luis Nimo Consejero Delegado y propietario de Nimauto para realizar tres formaciones a su equipo al completo.

José Luis me reconoce que uno de los principales compromisos en su ideario empresarial, es la integración de todos los miembros como piezas fundamantales del equipo, pero sobre todo como personas, que nunca deden peder su carater individual, ya que es este el que enriquece al grupo.

Como miembros de un equipo de trabajo tenemos que sentirnos elementos de la tripulación que posibilita seguir navegando a la empresa, para llegar a un puerto-objetivo. En este equipo disfrutamos de una gran diversidad de obligaciones: grumetes, marineros, oficiales, mecánicos, prácticos, técnicos, capitanes…, y todos ellos se adaptan o deben adaptarse a las mejores cualidades asimiladas y adaptadas por cada uno, es aquí donde juega un protagonismo esencial el individualismo del que antes hacíamos referencia. Siendo los mejores en nuestro cometido nos convertiremos en inmejorables complices, aportando lo mejor de nosotros para facilitar la consecución del objetivo común.

Siguiendo con este símil náutico, no nos vale con mantener la flotabilidad de la nave, tenemos que ser capaces de afrontar cualquier tormenta, sin perder el rumbo.

En cualquier sistema empresarial como Nimauto donde se prima a la persona y sus cualidades innátas y asimiladas, para formar parte del equipo , o lo haces desde el compromiso o seguramente tu aportación no sume en la misma dirección.

Trás nuestro primer encuentro con este equipo de Toyota en Jerez, cuestiones como: ¿qué gano yo con esto?, ¿para qué me necesitas?, han pivotado a ¿cómo puedo ayudar a los demás?, y ¿qué pueden necesitar de mí?.

Nos volveremos a ver muy pronto.